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viernes, 23 de mayo de 2014

Unos 90 mil turistas le sacan el jugo a la "Ruta del vino" cada año

Si de algo saben los tarijeños es de vino y singani, dice don Jesús Romero, propietario de la bodega D'vino y es que en la capital de la sonrisa, cada año, unos 90 mil turistas aproximadamente disfrutan de la Ruta del vino y singanis de altura, un recorrido que enlaza diversos lugares turísticos del valle, informó el viceministro de Turismo, Marko Machicao.

Según datos del Centro Vitivinícola Tarija (Cevita), unas 20 bodegas producen más de 12 millones de botellas de estas bebidas.

La ruta inicia en Uriondo, también conocido como "Capital de la Uva", a 27 kilómetros de la centro. Le dan esta denominación porque en esta zona se encuentra el 80 por ciento de la producción de la vid del departamento y 60 por ciento del total nacional, informó su alcalde Álvaro Ruiz.

"Donde el vino hace magia", es el slogan que identifica a este municipio, en el que se instalaron importantes bodegas con capacidad industrial, como La Concepción, pero que tiene mayor énfasis en la producción del tradicional vino "patero".

En Uriondo está la conocida "Casa Vieja", un restaurante turístico donde se puede apreciar la producción artesanal de diferentes tipos de vino y que tiene la peculiaridad de invitar a los visitantes algunas copas de su producción, conocido como la cata de vinos.

El "Valle D'Vino" es otra tradicional bodega con producción artesanal, donde los visitantes pueden acceder a un museo local, un circuito turístico interno y probar el "vino por metros", una singular forma de beber a través de una manguera, donde el visitante ve cuantos "metros" de vino puede tomar.

La "Heredad de Jacob", a unos 15 minutos del centro de Uriondo, también ofrece una visita guiada a los viñedos siempre y cuando el turista "tomen en seco" una "mati" de deliciosa chicha tarijeña.

Son más de 10 las bodegas que ofrecen una atención de calidad con la alegría y hospitalidad que caracteriza al tarijeño, que siempre acompaña con música y baile local a los visitantes.

Para complementar el viaje, en el Cevita, un centro de investigación y de apoyo a los productores, situado en Uriondo, se construye el Museo del Vino y el singani de altura, donde se podrá apreciar la historia de la producción vitivinícola en el país, que ya tiene más de 400 años.

La obra será entregada en octubre de este año.

Valle de Concepción, industrial

En el Valle de Concepción, a unos 15 kilómetros de la capital tarijeña, se concentran la mayor cantidad de bodegas industriales que producen el porcentaje más importante de botellas de vino de mesa y singani en el país, como Kohlberg, Campos de Solana y Aranjuez.

A pesar de que la tecnología ha reemplazado a las formas artesanales de elaboración de vino y singani, estas bodegas no perdieron su espíritu tradicionalista al mantener como reliquias sus primeras máquinas, que son parte del recorrido de la Ruta del vino.

Este recorrido por las catas de diferentes vinos (más de 50 variedades) es acompañado por la degustación de jamones y quesos de elaboración local y que de a poco están ganando espacio en el mercado nacional.

Cercado y sus "Cacharpayas"

Si bien en Cercado, capital chapaca, no se produce en sí el vino, sí se concentran los servicios como hoteles, bancos y demás; pero sobre todo, las quintas donde se realizan sonadas "cacharpayas" (despedidas).

Estas se caracterizan por reunir varios grupos musicales locales, elencos de bailes y, como no podía ser de otra manera, más vino, singani, jamón y queso.

Otro lugar que debe ser visitadoen la capital es el Mirador de los sueños, una construcción en forma de copa de vino desde donde se puede observar toda la ciudad.

También se recomienda visitar el Castillo azul, el río Guadalquivir, la Catedral, la Loma de San Juan, y la Iglesia de San Roque.

San Lorenzo, lugar del "Moto" Méndez

San Lorenzo se encuentra a unos 15 kilómetros de la capital tarijeña y alberga entre otros atractivos turísticos, la casa de Eustaquio "Moto" Méndez, héroe de la Independencia nacional y de la Batalla de La Tabalada (1817).

Esta construcción mantiene sus características coloniales y un importante número de reliquias de la época independentista. Aunque no forma parte directa de la producción vitivinícola, es parte de las visitas en la Ruta del vino.

La zona se caracteriza por elaborar las ricas empanadas blanqueadas y las hojarascas, entre otra repostería típica. También produce queso de cabra, acompañante perfecto de cualquier vino tinto.

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