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viernes, 28 de octubre de 2016

Decomisan 1.300 litros de bebidas alcohólicas



En un operativo en la avenida 6 de Agosto, zona norte, la Intendencia Municipal decomisó aproximadamente 1.300 litros de bebidas alcohólicas que no contaban con registro sanitario.

“Se ha intervenido en diez tiendas y una distribuidora donde se ha logrado decomisar más de 1.300 litros de bebidas alcohólicas, en 900 botellas. Son bebidas alcohólicas falsificadas y adulteradas con el singani ‘Casi Real’, el coñac Tres Plumas y el Cinteño”, informó el intendente Municipal, Mirko Sanabria, al señalar que la distribuidora no contaba con la autorización del Gobierno Municipal.

Por otro lado, la Intendencia decomisó seis casetas comerciales que estaban instaladas en espacios públicos.


domingo, 23 de octubre de 2016

Deproal: "Fiesta" con singanis, cocteles y 23 bebidas artesanales



Un singani inserto en un monolito de cerámica (ideal para regalos), una docena de cocteles de frutas, bebidas con sabores a ron, vodka, colas, gaseosas y otros forman parte del paquete de 23 bebidas elaboradas de forma artesanal por la Destiladora y Productora de Alimentos (Deproal), perteneciente a Marisol Pérez y Ramiro Figueroa.

La empresa, cuya planta está en Sacaba, trabaja desde 2002, y tras dos años de pruebas y organización puso, en 2004, su primer producto en el mercado: el singani La Viña, elaborado con uva de los valles de Tarija.

Para hacer frente a grandes marcas ya posicionadas en el mercado, a los propietarios se les ocurrió darle una presentación más atractiva y vendieron la botella 700 mililitros en un monolito elaborado con alfarería de Waykuli a un precio total de 85 bolivianos. La idea dio un buen resultado, puesto que muchas personas lo adquirían para ofrecerlo como regalo o para enviarlo a otros lugares del mundo con sello boliviano.

Para quienes quieran adquirir este producto la mala noticia es que sólo se tienen versiones limitadas y las 800 unidades elaboradas este año ya se agotaron, de modo que habrá que reservar nuevas unidades a partir de noviembre.

Cóctel Fiesta

Pero no es el único producto. Deproal acaba de poner al mercado su cóctel Fiesta, elaborado también en base a uvas, pero con sabores de más de una docena de frutas y hierbas (cherrys, coco, durazno, frutilla, mango, manzana, maracuyá, menta, mora, naranja, piña, uva y pomelo).

“Con esto buscamos ahorrar trabajo y tiempo a quienes tienen una fiesta y quieren invitar un cóctel. Con nuestro producto ya tienen listo el cóctel”, explica la gerente propietaria.

Este producto fue presentado este año en la última versión de la ExpoAlimenta, y según explica Ramiro Figueroa, tuvo tan buena aceptación del público que ya las empresas distribuidoras les han pedido nuevos envíos.

En este acápite, aparecen también el ron Caña Dorada y Barón, ambos con sabor a ron, Caña Dorada Cuba sabor a ron cola y el vodka Ruso Blanco.

La empresa elabora a pequeña escala, por temporadas o según pedidos. Por ello, su personal también puede aumentar o reducirse según la demanda.

Sin embargo, pese a ser una pequeña empresa, los propietarios han puesto todo el empeño y el protocolo de sanidad industrial y de calidad en su planta.



"El cóctel Fiesta tiene bajo grado alcohólico y llega en más de 13 sabores"



BREVE HISTORIA

La historia de Deproal comienza en 2002, cuando Marisol Pérez, técnica superiora industrial, decide formar una sociedad junto con Ramiro Figueroa, quien trabajaba con una distribuidora de bebidas.

Comenzaron en 2002 con sus primeras pruebas, hasta que en 2004 lanzaron su primer producto: el singani La Viña.

Con el tiempo, los propietarios vieron que del proceso de fermentación podían sacar otros productos, como los cócteles y coladas, de modo que la gama de productos se fue ampliando hasta lograr 23 bebidas.

Según Figueroa, han sido años muy duros, con altas inversiones en maquinaria y con poco apoyo de las instituciones.

Uno de esos pocos apoyos fue una invitación de la Alcaldía de Sacaba para participar en la última ExpoAlimenta como representación del municipio.

Ahora que el producto ya es conocido, anuncian participaciones en las próximas ferias para darse a conocer aún más.



CALIDAD E HIGIENE

A pesar de que Deproal se presenta a sí misma como una empresa de producción artesanal, la planta tiene niveles semindustriales, con maquinaria de acero inoxidable, ambientes recubiertos en su totalidad de azulejos y todos los sistemas de seguridad y asepsia en el proceso de producción.

El rigor industrial y de sanidad se aplica a cada una de las fases del proceso de producción, que va desde el lavado de uva, desgranado, molienda, fermentación y destilado.

Para el embotellado, la empresa utiliza botellas de plástico PET reutilizables y reciclables.

Estas condiciones le valieron el permiso del Servicio Nacional de Inocuidad Alimentaria (Senasag), que, según cuentan los propietarios, felicitaron a la microempresa por tener niveles de calidad e higiene tan altos como una empresa grande. También cuenta con todos los demás trámites de rigor.

Quienes quieran los productos Deporal o deseen hacer consultas, pueden comunicare al teléfono 4701159 o al email deproal@hotmail.com.


sábado, 22 de octubre de 2016

La chicha persiste por continuar en el mercado


La llaman cariñosamente el “néctar del valle”, durante mucho tiempo sirvió para impulsar la economía regional, la cual ha sido declarada en 2015 como Patrimonio Cultural de Cochabamba, pero en los hechos, la chicha se encuentra en un momento en que lucha por sobrevivir en el mercado.

Representantes chicheros reunidos en un coloquio con Los Tiempos calcularon que actualmente producen sólo el 25 por ciento de lo que lograban hace 10 años, según el presidente de la Federación de Productores de Chicha de Cochabamba, Javier Meneces.

Otro indicador que devela la merma es el número de productores asociados. El representante de Quillacollo, Román Soliz, informa que en su municipio bajaron de 250 asociados a 30 ó 40 en ese mismo período; los de Tiquipaya, Damiana Espinoza, Maribel Quiroz y Wilfredo Veizaga, calculan un descenso de 100 a 20; mientras que en El Paso, descendieron de 35 a nueve, según su representante Carlos Rodríguez. En el valle alto, el descenso fue más brusco, de 180 a 16, según explica Rufino Zurita, productor de Cliza. A este ritmo, no debería sorprender que de aquí a 10 años ya no se produzca chicha en Cochabamba, vaticinaron.

¿Las causas? la continua y "abusiva" presión de autoridades municipales, el escaso apoyo institucional, la elevada imposición de multas y sanciones, la “satanización” de la chicha (a la que las autoridades asocian con la pobreza, la delincuencia y falta de higiene) y la existencia de algunos malos productores, que adulteran el producto, lo que pasa la factura de mala imagen a todo el gremio, según coinciden los productores. Además, advierten otro factor: las nuevas generaciones tienen ya poco interés en producir la bebida. Los jóvenes se hacen profesionales o migran. Ya no quieren hacer chicha, explica, el representante de Cliza.

Un problema persistentemente denunciado por los productores es el de las “abusivas” sanciones contra las chicherías, elevadas multas y chicha echada. "¿Cómo quieren que después paguemos esas multas? Una chichera tiene un capital de 1.500 bolivianos y le imponen multas de 5.000, advierte Soliz.

Otro problema es que pese a que la chicha cuenta con la Ley de Consumo de Bebidas Alcohólicas, ningún municipio en el eje metropolitano, salvo Cercado, cuenta con el reglamento que la ley ordena elaborarlo de acuerdo a su realidad.

Además, según los productores, la chicha sigue contribuyendo con impuestos. En el caso de Quillacollo se ha calculado 400 mil bolivianos anuales. Esos impuestos, sin importar el municipio de donde proceda, hay un porcentaje que va a la Universidad. “La Universidad, sin embargo, nunca nos ha ayudado con una investigación, apoyo tecnológico o algo así. Si algún profesional investigó algo ha sido por cuenta personal”, explica Soliz.

Otro problema es el endurecimiento de los trámites de registros. Ahora, para lograr una licencia, hay que pedir permiso hasta de la OTB, y como éstas tienen sus prejuicios niegan la autorización. “Las señoras ya no quieren abrir locales. ‘Para qué voy a abrir si me van a quitar hasta mis sillas', dicen”, explica Maribel Quiroz

¿Las soluciones? “Queremos sentarnos en la mesa de negociaciones con las autoridades municipales y establecer reglamentos de forma conjunta”, reclama Espinoza.

En 2015, la chicha fue declarada patrimonio cultural de Cochabamba, pero hasta la fecha no ha servido de nada, por falta de un reglamento. Los productores plantean elaborar esta norma de manera conjunta con las autoridades, así como elaborar políticas de fomento.

¿En cuanto a las chicherías de mala calidad? “Nosotros estamos convencidos de que la mejor manera de elevar la calidad de la chicha es combatir a las chicherías de mala calidad. Si los clandestinos quieren incluirse a la Federación van a tener que cumplir todas las normas. Por eso es urgente empezar a trabajar con la Asamblea Departamental en una reglamentación”, concluye el ejecutivo de la Federación.



OPINAN LOS PRODUCTORES

Javier Meneses, Pdte. Fed. Productores de Chicha de Cbba

Hay mucho atropello de las intendencias. Estamos haciendo grandes inversiones para producir con calidad e higiene. Lamentablemente, también hay productores clandestinos que nos salpican con su mala imagen y abaratan la chicha. Queremos hacer un trabajo con la sociedad y las autoridades para erradicar estos locales clandestinos y producir con calidad e higiene.

Damiana Espinoza, productora Tiquipaya

Nos clausuran porque hemos vendido antes de las 15:00, pero la cerveza se puede vender desde las 6:00. Venden hasta en tiendas. Pasa cualquier cosa y culpan a la chichería. Estamos molestos por eso. Hemos pedido reuniones con las autoridades, pero suspenden y suspenden, no hay tiempo, queremos mesas de trabajo, queremos reglamentos, pero no hay nada.

Wilfredo Veizaga, Productor Tiquipaya/Cliza

El problema es que han satanizado la chicha. Hacen ver culpable a la chicha, hay una violación, la culpable es la chicha. Un feminicidio, la chicha. Las otras bebidas están al alcance de cualquier joven como la chicha. La cerveza la venden tres botellas por 20 bolivianos. Guarapo, que es jugo con alcohol. Ahora vienen tragos envasados. Los jóvenes compran más barato.

Román Soliz, productor y representante de Quillacollo

Hay que pensar en la cadena productiva. Somos los mayores consumidores de maíz. La reducción de la producción de chicha, les afecta también a ellos. Los productores cada vez somos menos. Los revendedores tienen miedo a abrir locales porque la Intendencia se porta muy abusiva, cada vez entrego menos, produzco menos, voy a tener que despedir trabajadores.



30 CHICHERÍAS CLAUSURADAS EN CERCADO

En lo que va el año, al menos 30 puntos de venta de chicha fueron clausurados en el municipio de Cercado, según informa intendente, José Zurita. "Mayormente, (las clausuras) fueron por venta de bebidas alcohólicas sin autorización, algunos tienen autorización, pero exceden el horario", explica.

El dirigente del Sindicato de Bares, Pensiones y Restaurantes de Chicha, Abad Claros, dice que fue testigo en los últimos años de al menos 400 clausuras. “Se está perdiendo la costumbre de la chicha”, alerta, a tiempo de definir que la baja calidad, el atropello a las costumbres y la competencia son las principales causas.

Los cinco bolivianos que cuesta una jarra pequeña de chicha no pueden competir en el mercado con la promoción del paquete de tres cervezas por 28 bolivianos.

A ello se añade que cada vez baja más la calidad de producción de chicha. Según el especialista en procesos industriales en fermentación, Lucio Gonzales, los estándares de calidad son importantes para obtener un producto agradable para el paladar.



DE COCHABAMBA A LA PAZ

La Paz | Los Tiempos

El expendio de chicha en el departamento de La Paz se realiza sobre todo en los barrios de Irpavi, Mallasa, y Villa San Antonio, que son regentados por inmigrantes cochabambinos que llegaron a esta región hace más de 15 años.

La oferta del producto se combina con los platos tradicionales como son el chicharrón, escabeche de patitas y enrollado.

El Recreo Kochalo 1, de propiedad de Franklin Monje, inició sus actividades hace 18 años y ofrece la tradicional bebida traída desde Cochabamba, procedente de Punata. “Traemos desde Cochabamba, es pura y sin alcohol, nos aprovisionan mensualmente y en turriles. La gente que conoce y viene al lugar porque la chicha es punateña, cochabambina”, explicó. La jarra se vende en 35 bolivianos y la garapiña en 37.

En otros establecimientos dicen que traen chicha desde Cochabamba porque la procedencia es casi como una garantía y los clientes son también de origen cochabambino y saben diferenciar la bebida pura de otras mezcladas con alcohol u otros productos. Nadie sabía de chicha elaborada en La Paz.



SUGIEREN SUJETARSE A LA NORMA IBNORCA

Nueva imagen y certificar calidad

¿Qué estrategias se pueden adoptar que la producción de chicha aumente en calidad y en cantidad? Hay muchas propuestas. Los productores proponen reunirse con autoridades para elaborar un reglamento y aplicarlo para el control de la chicha ilegal. También plantean una feria anual de la chicha.

El dirigente del Sindicato 15 de Febrero de Bares, Pensiones y Restaurantes de Chicha, Abad Claros, también habla de la posibilidad de implementar un sello que garantice la calidad de la chicha. "Se ha tenido ya una reunión con los productores para que cada barril lleve un sello y garantizar que la chicha desde la producción a la comercialización no sea alterada", afirmó.

Según el intendente municipal, José Zurita, su despacho trabaja de manera conjunta en el proyecto con los productores para asegurar que la chicha llegue en buen estado al consumidor final.

El ingeniero especialista en procesos industriales en fermentación, Lucio Gonzales, explica que, actualmente, hay una norma aprobada por el Instituto Boliviano de Normalización y Calidad (Ibnorca), que establece los parámetros y guías para la elaboración de chicha de calidad, y Bolivia fue uno de los primeros en implementar esta norma.

Esta norma describe las materias primas para la elaboración, tiene un análisis sensorial y propiedades sensoriales de la bebida. Describe el proceso de producción y la distribución adecuada de la chicha. Para poder exportar la bebida y trasladarla, es importante tomar en cuenta el uso adecuado de antisépticos.

Sobre el tema ya se han hecho varias pruebas sobre el enlatado y embotellado de la chicha. Hasta la fecha, sólo Chernobyl, de Quillacollo, ha logrado industrializarla y embotellarla para llevarla a Estados Unidos y España.

De cualquier manera, todos coinciden en que la solución está en certificar la chicha de buena calidad para cambiar su imagen.



BREVE HISTORIA

¿Por qué desaparece la chicha? Por una mezcla de varias cosas: visión de modernidad, higiene, discriminación cultural y otros, explica el libro "Maíz, chicha y modernidad. Telones y entretelones del desarrollo urbano de Cochabamba”, escrito por Gustavo Rodríguez Ostria y Humberto Solares.

El libro refiere que a principios del siglo XIX, la chicha es en Cochabamba una bebida de uso común para todos los sectores sociales. Pero esto cambia a fines de ese siglo, con la irrupción de la cerveza y la visión de modernidad e higiene traída por migrantes alemanes.

Paralelamente, las élites buscan controlar espacios culturales y, a través del Municipio, expulsan a las chicherías fuera de la ciudad y adoptan costumbres europeas en sus fiestas.

Todo esto llega con la modernidad, la introducción del tranvía, la luz eléctrica y el teléfono. De ahí que la chichería es vista y combatida como bebida de indios.

Sin embargo, se va a dar la paradoja señorial en los años 30 o 40 del siglo XX que en Cochabamba la despreciada chicha sustenta el desarrollo criollo urbano de las elites señoriales. Se trata de una ciudad que verá a crecer sus campos deportivos (el estadio Félix Capriles), pavimentar sus calles o incluso sostener a la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) con impuestos a la chicha.

Por otra parte, luego de 1952, la chichería va a permitir un proceso de acumulación, no tanto de chicheros, porque sus actividades artesanales son pequeñas, sino de los recaudadores de impuestos.

La prohibición está asociada a la idea del higienismo y de preconceptos ante la chicha. “Nosotros no negamos que puede existir una relación entre alcoholismo y crímenes o desórdenes sociales, pero el delito tiene otras causas más profundas y medidas para combatirlo que la simple prohibición. Vemos una doble moral”, explica Rodríguez Ostria en una entrevista con el portal digital de PIEB.

El municipio persigue sañudamente la chichería, mientras los bares de cerveza son permitidos en el centro de la ciudad. Si la moral fuera la misma, cerveza y chicha deberían ser perseguidas del mismo modo.



martes, 18 de octubre de 2016

San Remo, primer singani chuquisaqueño a Estados Unidos



La dulcísima uva camargueña está rindiendo nuevos y sorprendentes frutos. Mientras los bodegueros de Tarija necesitan 10 u 11 litros de vino para sacar uno de singani, la bendita zona de los Cintis permite obtener una botella de singani con solo siete de vino. El secreto radica en el dulce, el alto grado de azúcar que es prácticamente único en el mundo. Y he ahí la diferencia: “cantidad versus calidad”, dicen los camargueños.

En la región del Cinti chuquisaqueño aseguran que el singani original, el genuino se produce aquí y no en Tarija ni en Cochabamba, Santa Cruz o Potosí. Los que saben lo adjudican al bouquet, es decir, a esa compleja combinación de aromas primarios y secundarios determinada por la fermentación o a otros factores como el añejamiento.
A Estados Unidos.

Todo se desarrolla como un sueño en estos valles de sol y pura sonrisa, donde hasta hace no mucho —en términos históricos— nadie tenía mayor pretensión que la de elaborar un buen vino para la familia y los amigos. Primero fueron los premios internacionales y las exportaciones a Europa de la marca “Tierra Alta”; ahora el reconocimiento se extiende a los Estados Unidos con “San Remo”, bodega que con más de 230 años de tradición y nueve generaciones, despachó el primer camión de singanis chuquisaqueños al mercado más exigente del mundo. Es, como dice su propietario Jaime Buitrago Gutiérrez, “un camión que lleva el esfuerzo de muchos productores y espero, de todo corazón, sea el inicio de oportunidades para todos los cinteños”.

Desde hace cinco años, el cineasta Steven Soderbergh importa a Estados Unidos el “Singani 63”, de Casa Real, pero esta es una empresa tarijeña. La alegría que se vive en la hacienda Isuma, donde está la bodega de San Remo, a siete kilómetros del pueblo de Camargo, no es para menos: sus ejecutivos socializan el producto exclusivo para EEUU, “Unholy Gray”, que, si bien debajo lleva el rótulo de “singani”, se exporta como si fuera brandy. La razón es que el brandy está registrado a nivel internacional y el singani no.

El acuerdo con una importadora norteamericana implica, para San Remo, codearse con las mejores firmas del país y, no solo eso, inscribir su nombre en la historia de Chuquisaca. Por eso, aunque faltó el alcalde Valentín Cruz, hasta aquí llegaron tres parlamentarios: Nélida Sifuentes, Horacio Poppe y Alicia Villarpando, después de que el Senado emitió una Declaración Camaral Nº 291/2016 reconociendo a esta bodega por su primera partida del producto “Singani San Remo Herencia de Oro” hacia EEUU.

“Calidad, no cantidad”, enfatiza a ECOS Villarpando, la joven diputada de los Cintis (24 años), consciente de la producción de Tarija que, según ella y muchos en su región, no es suficiente para alcanzar el primor de la bebida que se produce a lo largo de este cañón colorado.

Dulzor que parte dientes

“El grado de dulzor de nuestra uva es único en el mundo: 14 grados de dulce es una locura. La mejor uva de Tarija tiene 9 grados”. El ingeniero comercial Raúl Soria, gerente corporativo de San Remo, considera que la diferencia entre un singani cinteño y uno tarijeño es cuestión de números. Números que se traducen en grado alcohólico y, a la postre, en fragancia y en sabores muy apreciados en un singani. De 9 grados de azúcar de una uva se obtienen 8.5 de alcohol; de 14 grados de azúcar, 13.5 o más de alcohol.

“Con este grado alcohólico, una vez destilado, necesitas siete botellas de vino para sacar una de singani; esa es la diferencia entre hacer cantidad y hacer calidad”, remarca Soria. “¿Qué tienen nuestros hermanos tarijeños?, cantidad; nosotros calidad. Nuestra uva puede ser un poco más chica, pero es tan dulce… hay gente que cuando la come siente que se le parte el diente, porque→ →se le ha subido el dulce hasta la encía”. Más adelante, también entrevistado por ECOS, Denis Saavedra, gerente de Operaciones de la reactivada bodega San Pedro, fijará la siguiente relación: “Una uva pequeñita de Camargo tiene un sabor, un aroma y, luego, un grado alcohólico que vale por tres o cuatro uvas de Tarija”. A él le sorprende que, a pesar de producir grandes cantidades de esta fruta, los tarijeños sigan comprando la de los Cintis. La conclusión no parece descabellada: lo hacen para aprovechar sus cualidades.

Hay un cierto orgullo que no se lo saca nadie al camargueño. Eso sí, nunca llega a opacar su sencillez y su cortesía para con el visitante. Será buen humor por contagio, por los amables valles y el clima seco y templado de la capital de la provincia Nor Cinti, a 2.400 metros sobre el nivel del mar…

Historia de nueve generaciones

“Tenemos registros desde 1729. En las bodegas antiguas de esta casa, que ya están en ruinas por cierto, mis antepasados ya hacían singani. Entonces, son nueve generaciones por la parte de la madre de mi padre, la familia Gutiérrez”, comienza relatando a ECOS la gerente comercial de San Remo, Fabiana Buitrago.

En 1936, es decir hace 80 años, Roberto Buitrago Pérez, pionero de la vitivinicultura cinteña, junto a su esposa Carmen Gutiérrez fundan la empresa en La Palca Grande, bodega que es hoy un museo y patrimonio regional. Buitrago y Gutiérrez son los padres de Jaime, el actual propietario de la firma y progenitor, a su vez, de Fabiana Buitrago.

La segunda bodega se construiría más tarde en Isuma, donde varios representantes de las bodegas más importantes de la región se encontraron para celebrar el logro de San Remo, lo que demuestra la camaradería existente entre ellos.

Al morir el abuelo de Fabiana, la bodega estuvo cerrada varios años. Fue ella quien, apuntalada por su marido, Raúl Soria, la reabrió hace 16 años, con una moderna planta.

Con el principio de la gravedad

“San Remo pasaba por un buen momento en la historia de su comercialización, teníamos un gran fuerte de producción entre Potosí, Sucre y las minas; entonces, se vio la necesidad de hacer una fábrica específica para singanis”, recuerda Soria, que considera a esta una de las bodegas más modernas del sur por trabajar con el principio de la gravedad. El proceso de elaboración de la bebida se desarrolla de arriba abajo, en unas instalaciones de tres pisos que están dotadas de piletas (cubas) de acero inoxidable.

La planta tiene una capacidad estacionaria de producción de 1 millón de litros de vino por cosecha, pero, hoy por hoy, trabaja a un 35 por ciento de sus posibilidades.
El singani San Remo Herencia de Oro está a la venta en todos los supermercados del país y sus impulsores esperan acompañarlo pronto por un vino que, en realidad, según Soria, serían dos: uno accesible para todo público y otro exquisito, con alguna variedad especial de uva. También alistan para el próximo Carnaval una partida de productos “ready to drinks; será un cóctel gaseoso de singani, transparente y con buen color, listo para tomar, en botella de vidrio.

Nosotros, los ingratos

“El mercado boliviano es ingrato con su producto. En un cóctel o una reunión familiar, mucha gente prefiere invitarte un ron o un whisky, cuando no un fernet… nuestro singani ha quedado totalmente devaluado, como una invitación primaria en tu casa”, lamenta Soria, quien es de la idea de que “deberíamos tener como un sentimiento patriota con nuestro singani”

Por eso destaca la trascendencia de que tres legisladores chuquisaqueños, uno de ellos la diputada de la región de los Cintis, Alicia Villarpando, hayan realzado con su presencia el acto de socialización de las primeras exportaciones de San Remo a Estados Unidos. •

Etapas de la elaboración del singani en San Remo

1) Luego de la cosecha y de la vendimia, la uva se muele de forma automática en la molienda ubicada en la parte superior y luego baja a las piletas de fermentación, en un proceso que dura 10 días a elevada temperatura. Así se transforma el grado de azúcar de la uva —el jugo de uva— en vino.

2) Con el principio de la gravedad, por la temperatura, el vino fermenta más rápido. Luego, se hacen “remontajes” (movimientos de la uva y el vino hasta que llegue a un punto de grado cero y comienza la transformación alcohólica).

3) Se separa el orujo y lo llevamos a las cubas de abajo para su conservación y su maceración.

4) Luego de un tiempo, pasa por tuberías al proceso de destilado.

5) Cuando se destila el producto, el singani entra a un nuevo proceso de maceración antes de ser rebajado, embotellado y distribuido.

Fabiana Buitrago (Ger. Comercial San Remo)
“El Estado nos colaboró mucho”

“Empresas del Estado nos han colaborado mucho: el Servicio Nacional de Verificación de Exportadores (Senavex), Fundempresa en Sucre, el Senasag y el Instituto Tecnológico de Alimentos (ITA) en Chuquisaca; este último certificado para EEUU por sus ISO, un laboratorio referente. Ellos (ITA) han hecho todas nuestras pruebas de ensayo para mandar a EEUU, allá corroboraban y nos daban el visto bueno a través de la Cancillería. Si le contara todos los trámites que hemos tenido que hacer, no acabamos nunca (ríe).

Nos llamaron de EEUU porque estaban interesados en comercializar singani; hicieron una cata a ciegas y eligieron nuestro producto. Vinieron a Bolivia e inicialmente hemos hecho un contrato por cinco años. Estamos haciendo un primer envío de unas 4.500 botellas y tenemos que hacer otro a fin de año: son dos por año. El próximo esperamos subir las cantidades.

Con esto, hemos tenido que aumentar turnos. Ahora estamos trabajando con alrededor de 35 personas, por el tema estricto de control de calidad: etiquetado, encajonado, etc.”.

Gustavo Guarachi (Enólogo de San Remo)
“Punto óptimo de madurez”

“He estudiado en la Argentina e hice una especialidad en Chile, estuve trabajando con Fautapo y este año me invitaron a participar en este proceso de elaboración de singanis en San Remo, con el propósito de sacar el producto al extranjero.

‘Singani’ se puede llamar simplemente a un destilado de un vino base Moscatel de Alejandría, no se puede nombrar ‘singani’ a otra variedad en Bolivia. La clave del enólogo está en determinar el punto óptimo de madurez de la uva para hacer un singani. Para eso, esencialmente, se tiene que hacer registros en el viñedo durante todo el proceso hasta la cosecha.

Una vez determinado el punto de cosecha, se procede con la vendimia; es decir, se recibe la uva en la bodega, se hace control de calidad y de sanidad, ahúme, acidez y se sacan datos para, en procesos posteriores, corregir el singani.

Después del proceso de destilación tenemos un promedio de 60-65 grados Gay-Lussac, pero eso lo tenemos que rebajar a 40, para llegar al grado de expendio en el mercado. La norma permite de 37 a 47 Gay-Lussac, pero más de 40 resulta muy fuerte…”.

Renato Mendoza (Presid. Fenavid y de Asociación de Bodegueros de Camargo, Asoboc)
“Falta de agua y de uva”

“Para nosotros es una gran satisfacción que ensanchemos este camino. Esto (la exportación a EEUU) significa, a la larga, traer recursos, agrandar los cultivos, que tanto nos hace falta… Cinti se está muriendo y si no ponemos empeño y no volvemos a generar recursos, es una zona que se va a ir perdiendo. El mercado es grande, alcanza para todos, tenemos que estar unidos para emprender esta clase de empresas.

Somos 26 bodegas en total, entre Camargo, Villa Abecia y Las Carreras. Hay medianas y pequeñas, aparte de San Pedro, que tiene una gran infraestructura, hoy por hoy, con una producción disminuida porque recién ha retomado el negocio del singani.

Los que tenemos bodegas y viñas, el problema ahora es el agua. Pero más bien ha habido una lluvia temprana que está dando solución por lo menos en la parte alta; ha llegado el río y esa es una buena señal. Ojalá que vuelva a llover para que se estabilice y no tengamos falta de agua. Pero también hay otra clase de necesidades: ¿cómo empezamos a cultivar más uva? Si bien tenemos 26 bodegas, tenemos muy pocos productores de uva”.

Denis Ramírez (Ger. Operaciones San Pedro)
“Defender el nombre del singani”

“Estamos queriendo defender el nombre del singani como patrimonio de Chuquisaca. Esperemos que el singani se inscriba en la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual); por ejemplo el pisco, el tequila, son marcas registradas de sus países, Bolivia no tiene esa marca. Y es importante porque tenemos riesgos de que Chile en este momento se esté queriendo aprovechar, porque nosotros tenemos el nombre del singani con ‘s’ y ellos lo están queriendo aprovechar con ‘z’. Entonces San Pedro, con su historia de 466 años, estamos saliendo a defender el nombre del singani.

Ya tenemos el reconocimiento de la ley departamental (del singani). De ahí pasa al Senado, lo reconoce, firma el Presidente y lo manda a la Cancillería, que hace el trabajo para que sea reconocido como patrimonio boliviano en la OMPI. Estamos tratando de socializar este tema en La Paz y en Sucre… Si revisas estos productos de exportación, en la etiqueta están yendo como ‘brandy’, no como ‘singani’. Por las leyes de EEUU, no se puede poner singani porque no está reconocido a nivel mundial”.

Alicia Villarpando Flores (Dip. de Cintis por Chuquisaca)
“Quisiéramos exportar mucho más”

“Una alegría para los cinteños. Aunque nos han quitado, nosotros seguimos siendo la cuna del singani. Sabemos muy bien que a un principio el singani ha estado aquí, por eso se conoce (a este lugar) como ‘El Cañón Cinteño del Vino’. Estamos orgullosos… hay varias bodegas en la región de los Cintis, especialmente en Camargo.

Quisiéramos exportar mucho más al extranjero porque este producto es puro, no como los de otros departamentos. Lo mismo pasa con el vino y la ratafia. Nos referimos a la calidad que tenemos nosotros, no a la calidad. Tarija viene a comprar de aquí y dice: ‘nuestra uva’ (…) Ahora vamos a producir la uva en los siete municipios.

A partir del gobernador Esteban Urquizu, queremos mejorar la producción. Para tener una buena producción tenemos que tener agua. En algunos lugares, con la Gobernación hemos hecho perforar pozos y ahora van a venir desde el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras para poder mejorar la producción. Ahorita, lo principal es el agua. Del agua viene la producción pero, si no tenemos agua, en vano vamos a hablar de producción”.


martes, 11 de octubre de 2016

EMBAJADOR DE RON ABUELO EN UNA GIRA POR BOLIVIA

El embajador de la marca ron Abuelo, Cristóbal Srokowski, arribó a nuestro país para promover la bebida emblemática de Panamá.

Mostrando su vasta experiencia como mixólogo de los principales bares a nivel mundial, el polaco Srokowski deleitó a los invitados con una variedad de cócteles a base de "Ron Abuelo Global Brand Ambassador", en instalaciones del restaurant Chili Peppers, donde el experto agradeció a Varela Hermanos, fabricante del ron, por haberle dado la oportunidad de recorrer el mundo compartiendo su experiencia y secretos para crear los mejores mixes.

lunes, 10 de octubre de 2016

Caipiroska



A propósito de que “1825 Vodka”, un producto de la empresa boliviana Innovación de Bebidas (Innobe) que con solo un año y ocho meses en el mercado ha logrado dos medallas de plata, una en el San Francisco World Spirits Copetition y la otra en la competencia el International Spirits Challege.

Esta semana recomendamos una rica bebida con vodka, para además consumir lo nuestro. Disfruten esta receta de Caipiroska.



CAIPIROSKA

Ingredientes

• 50 ml de vodka
• 2 limas
• 2 cucharadas de azúcar
• Hielo picado

Preparación

Con un mortero, obtener el zumo de la lima presionando sobre ella. Agregarle azúcar. Después, poner el zumo en un vaso bajo con hielo picado e incorporarle el vodka. Mezclar y decorar con una rodaja de lima.


domingo, 9 de octubre de 2016

Contrabando frena al sector vitivinícola



En los últimos cinco años, el sector vitivinícola de Tarija no ha logrado aumentar la producción de vinos y singanis debido a la competencia desleal de productos internados por la vía del contrabando al mercado interno.

El gerente de la Asociación Nacional de Industrias Vitivinícolas (ANIV), Ricardo Ortuño, dijo que el contrabando ha desacelerado el crecimiento de este rubro que se estancó a lo largo de este tiempo. Según Ortuño, las bodegas no realizan inversiones de ampliación en sus plantas de producción porque sus ventas no crecen y prefieren producir lo necesario para estar vigentes en el mercado.

La producción anual es de 8,3 millones de litros, entre vinos (5 millones) y singanis.

Cierran dos bodegas
De nueve bodegas que operaban en esta región del sur, dos empresas vitivinícolas afiliadas a ANIV se vieron obligadas al cierre porque era insostenible seguir lidiando en un mercado inundado por vinos y otras bebidas espirituosas de marcas argentinas que se venden a precios más económicos. Bodegas San Vicente y Casagrande corrieron con esa suerte, a diferencia de siete empresas que todavía salen a flote./

Horchata latte



No importa cómo tomes tu café -con azúcar, negro, con crema o leche - receta de ‘Horchata Late Frío’, creada por la chef, celebridad, autora y copresentadora de ‘The Kitchen’, Marcela Valladolid, seguramente llegará a convertirse en tu bebida favorita.

Ingredientes

• Una taza de arroz blanco, colado
• Una ramita de canela partida en pedacitos y otras para decorar
• Cuatro tazas de agua
• Agave al gusto
• 2 tazas de leche entera
• 4 vasos pequeños de espresso, a temperatura ambiente

Preparación

Mezcla el arroz con la barrita de canela en una licuadora con agua. Licúa por dos minutos hasta que la mezcla del arroz sea una pasta gruesa. Pasa la mezcla de arroz a un recipiente y enfría por una hora. Cuela la mezcla con un colador fino en una jarra. Agrega el néctar de agave y bate. Agrega la leche a la mezcla de arroz y enfría por una hora más. Agrega cubos de hielo a una copa. Agrega dos vasos pequeños de espresso y suficiente horchata hasta que se llene la copa. Decora con una rama de canela y disfruta.


SMOOTHIE DE CÁCTUS

Es refrescante, ayuda a la digestión y está lleno de propiedades antiinflamatorias. Mezcla todos los ingredientes en la licuadora y tendrás un delicioso y saludable ‘smoothie’ de cáctus, un aliado a la salud y belleza.

Ingredientes

• ½ Taza cáctus (nopales) frescos, sin espinas, limpios y cortado en cubos
• 1 Piña congelada
• ½ Taza de jugo de naranja fresco
• ¼ Taza de agua

Chernobyl preserva la chicha con calidad, sanidad y ecología



Dice el chiste que cuando Neil Armstrong puso los pies en la luna, una cochabambina fue a recibirlo con una tutumita de chicha. Si el cuento fuera cierto, lo más seguro es que se trataría de chicha Chernobyl, una factoría quillacolleña que no sólo ha logrado mantener vivo el elixir valluno, sino que ha conseguido que el producto llegue, embotellado, a sitios tan distantes del planeta como Estados Unidos y España.

Para lograr todo esto, sin embargo, la empresa de los esposos, Román Soliz y Cristina Gonzales, tuvo que elevar la producción a niveles industriales, pero con todos los rigores de ecología, salubridad y calidad, eso sí sin perder la esencia del elixir tradicional,

Por ello, la factoría se proveyó de sistemas de combustión a gas natural, tuberías y bombas de succión, peroles de bronce (inoxidables) para la cocción, vehículos termoking con sistemas de refrigeración para el traslado de chicha a los intermediarios y uniforme especial de higiene y seguridad por parte de los trabajadores, entre otros aspectos.

Chernobyl acaba de sumar dos avales más a su extenso palmarés: el Registro Ambiental Industrial, que otorga la Alcaldía de Quillacollo, y la Declaratoria de Adecuación Ambiental por parte de la Gobernación de Cochabamba.

Estas certificaciones no sólo avalan que Chernobyl ha cumplido con todos los requisitos que establecen la ley 1333 de Medio Ambiente y su reglamento, sino que garantizan la calidad e inocuidad de la producción.

Pese a que los trámites demoraron dos años y que a la fecha es la única en todo el país que cuenta con estos avales, la factoría ya reunía todos los requisitos desde hace mucho tiempo.

De hecho, ya van dos décadas que Chernobyl tiene instalado el sistema de gas natural por el que dejó de lado la vieja práctica de combustión a leña, haciendo, consecuentemente, un alto a la tala de bosques. La innovación, sin embargo, tuvo un costo, no sólo por la altísima inversión económica, sino también por la adaptación. Según explica Román Soliz, la combustión a leña es lenta y toma al menos una semana. En cambio la llama de gas natural era demasiado fuerte y hubo que hacer varias pruebas hasta lograr la intensidad ideal.

Otro avance, fue la mecanización y el sistema de tuberías y bombas de succión en la factoría, lo que implica dejar de lado la intervención de la mano humana.

Con todos estos requisitos, la chicha de Chernobyl garantiza estar lista para llegar a la luna, con higiene, calidad y ecología.



"La chicha Chernobyl llegó embotellada a Estados Unidos y España"



PRODUCCIÓN

Chernobyl nació en 1988 y, según la propietaria, Cristina Gonzles, fue un grupo de intelectuales bohemios que sugirieron el nombre, a propósito de la reciente explosión de la central nuclear. “Decían que esta chicha era como una explosión”, explica.

Pese a su nivel de industrialización, se procura conservar la esencia en la producción.

Según la propietaria, la materia prima principal es la wasa sara, una variedad de maíz producido en Ayopaya exclusivamente para la chicha. De este grano se obtiene el wiñapu, del que se obtiene harina especial, que se cuece en peroles al menos por una semana.

Concluido el proceso, el líquido pasa a los wirkis para su fermentación por al menos otra semana. Será después de todo este tiempo que la chicha esté lista para su consumo.

Este proceso cuenta con el aval de Senasag, y, lo más importante, el visto bueno de toda su clientela que ha confirmado la fama de Chernobyl.



FOR EXPORT

Chernobyl es, hasta la fecha, la única factoría que logró llevar chicha a Estados Unidos y España, donde los compatriotas, felices de reencontrarse con un producto de la Llajta, la adquirían como pan caliente.

El mérito, según refieren los propietarios, corresponde al ingeniero enólogo Fernando Quitón, quien logró la fórmula ideal de preservación de la chicha.

Si la jarra doble (con capacidad de dos litros) de chicha sin envasar se ofrece actualmente a 12 bolivianos, la botella de 600 mililitros se la vendía a 10, en el país. Había que tomar en cuenta la inversión en el embotellado.

Sin embargo, en Estados Unidos, cada botella se vendía a 25 dólares. Pero no era Chernobyl la que ganaba la diferencia, sino las empresas comercializadoras que llevaban el producto al exterior.

Este proyecto quedó temporalmente suspendido. Fernando Quitón falleció hace poco.

La empresa lo recuerda con gratitud y hay que retomar el proceso de embotellado.