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domingo, 1 de diciembre de 2013

San Pedro busca reconquistar el mercado que perdió en 2000

La industria San Pedro, que produce singani en el Valle del Cinti, Chuquisaca, busca conquistar el mercado que perdió desde 2000. Desde 1983 la factoría sufrió la asfixia por la presión bancaria y los problemas sociales.
En ese entonces producía dos millones de litros por año, actualmente sólo produce 100 mil botellas de 750 mililitros. Su espacio fue copado por otros productos importados.
"Dejó de producir casi durante 12 años. San Pedro fue siempre emblemático en la producción de singani, ha sido una industria que le dio vida a los Cintis (en Camargo), ahora estamos nuevamente empezando desde abajo, pero con un ventaja frente a todos, que es la materia prima, la uva blanca moscatel de Alejandría, que es única en el país y en el mundo”, afirmó el gerente de producción de San Pedro, Lorgio Rivera.
Recordó que la bodega que empezó a funcionar desde 1930 tiene una larga tradición en producción de singani, pero a partir de 1983 ésta descendió a causa de las presiones bancarias por un crédito y problemas sociales-salariales con los más de 400 trabajadores de ese entonces.
Actualmente intenta levantarse e incrementar su producción con cuatro trabajadores que operan en dos alambiques (destiladores) que antes llegaba a su máxima capacidad con 17 de ellos.
El singani San Pedro era demandado por el 90% del mercado boliviano, sus principales compradores eran Santa Cruz, La Paz y El Alto, por lo que se producía dos millones de litros por año, que movía cerca de 10 millones de dólares anualmente.
Incluso llegó a ser moneda de cambio para muchas personas. "La bodega estuvo paralizada y abandonada desde 2000. Desde el 2012 intentamos reconquistar nuestro mercado”, dijo.
Problemas que les aqueja
Rivero mencionó que entre los problemas que aquejó a la factoría está el contrabando de productos argentinos con la adulteración de la etiqueta, la presentación y el nombre, con el fin de ganar mercado sin importar que se afecte la industria boliviana.
Otro factor fue la falta de control en la importación de bebidas sin pago de impuestos y los créditos blandos para productores de singanis y vinos.
La factoría y otros productores de vino del Valle del Cinti, en Camargo, tienen el objetivo de que se concrete el trámite del Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Cenavit), entidad que servirá para proteger su producción. El proyecto es apoyado por la Fundación Educación para el Desarrollo (Fautapo).

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