Bebidas

buscar

martes, 7 de mayo de 2013

El singani se produce sólo en Bolivia pero no fue registrado como bebida boliviana

El singani es único en el mundo y se produce solamente en Bolivia, este destilado que representa a nuestro país podría ser para los bolivianos una bebida que nos personifique y nos llene de orgullo de la misma forma en la que lo están los mexicanos de su tequila, los cubanos de su ron, los escoceses de su whisky y los rusos de su vodka.

Sin embargo, el singani no cuenta con una denominación de origen y tampoco está reconocido por la Organización Internacional de Viñas y Vinos (OIV), por lo tanto esta bebida no es reconocida a nivel mundial como propia de Bolivia.
Desde hace cinco años atrás la Fundación, Educación para el Desarrollo Fautapo estaría realizando los trámites correspondientes con el estado boliviano para que el Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Cenavit) pueda inscribir y reconocer al singani como un destilado que se produce únicamente en nuestro país y a través de ese registro se pueda hacer las representaciones a otros países de la región como el Mercosur.
Según explicó la responsable del área de comunicación de la Fundación Fautapo, Karina Olarte, el Estado ya dio algunos pasos en cuanto a leyes y decretos para reconocer el singani; sin embargo es importante este registro como denominación de de origen ya que implica que el producto tiene origen en cierto lugar y territorio y es elaborado con ciertos productos y condiciones.
Los trámites ayudarían a fortalecer al sector vitivinícola y a la producción, aseguró la responsable del área de comunicación de la Fundación Fautapo.
Se esperaba resolver esta situación en el mes de marzo del presente año, sin embargo el Cenavit realizó algunas observaciones al proceso ajustando esto para que todo esté en orden, por lo que aún se está a la espera de una respuesta definitiva, aseguró Olarte

Riesgo de expropiación
Al reconocerse el singani como boliviano podrá evitarse que nos sea expropiado por otros países o surjan inconvenientes como el que sucedió con el Pisco y la confrontación entre Chile y Perú que se acreditaban el origen de este destilado y que finalmente se reconoció su procedencia en el Perú.
¿Lo que pasó con el pisco podría pasar en Bolivia con nuestro singani?, Olarte aseguró que ésta es una posibilidad sobre todo si no se logra la denominación de origen para el singani.
“Puede producirse en otro lado aún cuando no tenga las características que tiene que tener el singani como ser producido por las uvas moscatel de Alejandría producidas en Bolivia, podría pasar que otro país lo produzca y pueda apropiarse de él”, dijo.

Singani de altura
Según datos de investigación de la fundación Fautapo, la primera protección que otorgó el gobierno de Bolivia al singani, fue en el año 1988 mediante el decreto supremo Nº 21948, en el que se establecen los centros de producción a nivel nacional, para este producto.
En el año 1925 se fundó la empresa Sociedad Agrícola ganadera y comercial S.A. (SAGIC), integrada por las familias de Jorge Ortis L. y de Simón Patiño, quienes inician la actividad vitivinícola en el valle de Cinti, elaborando a nivel industrial el primer singani. Posteriormente ingresan en el mercado, por los años 1930, Franz Kuhlmann, El Rancho, la familia Buitrago y otras.
Estas empresas se establecieron en el departamento de Chuquisaca y fueron por años las principales proveedoras en todo el país, de este aguardiente.
En los últimos decenios del siglo XIX, el potencial que presentaba el valle tarijeño no pasó de ser una viticultura casera que consumía sus productos con fines domésticos, no tenía proyecciones productivas ni comerciales de largo alcance, la gente consumía sus vinos y singanis tan sólo en fiestas y cumpleaños.
Un siglo después, en la década de 1960, se da inicio a la viticultura extensiva introduciendo nuevas variedades, nuevos sistemas de cultivo y la incorporación de tecnología de vinificación adecuada, lo que da lugar a la aparición de los primeros vinos industriales elaborados en Tarija.
Con el correr de los años se fue mejorando la producción de uva, se incorporaron nuevas variedades de vinificación a las industrias, procedentes de Francia y España, lo que dio inicio a una verdadera revolución vitivinícola.
Se instaló nueva tecnología en las bodegas, para la elaboración de vinos, se construyeron otras nuevas bodegas que luego traerían un éxito sorprendente por la calidad de sus vinos, tanto a nivel nacional como internacional.
Es en el año 1996 cuando, de común acuerdo con el sector productivo, se comenzó a introducir el nuevo concepto de “Singani de Altura” para nuestros productos, los mismos que muestran un perfil de mucho futuro capaz de competir de igual a igual con sus similares en el mercado internacional.
Hoy el concepto de “Singani de Altura” ha despertado mucha inquietud con un toque de misterio, entre los países productores de aguardientes y cuya historia y trayectoria nos obliga a protegerlo con “Denominación de Origen”.

Origen del singani
El origen del singani está vinculado a la explotación minera del cerro de Potosí, durante la colonia ya que la costumbre de beber vino de los españoles y misioneros transmitió a los colonos la práctica del cultivo de vid y la elaboración de vinos, que por las condiciones de clima y suelo se situaron en valles del sur de Potosí fundamentalmente en el Valle de Sinkani.
Para esta gente el vino constituía un importante alimento en su dieta, razón por la cual se vieron obligados a iniciar la producción en el país. Indudablemente fueron muchas las dificultades, sobre todo en cuanto a conservación se refiere, pues los conocimientos eran aún muy precarios lo que significaba que muchas veces los vinos eran de mala calidad y otras eran vinagre.
Por las inclemencias del tiempo, altura y otros factores, la costumbre de beber vino fue cambiando hacia una bebida más fuerte, situación que dio origen a la destilación de los vinos, obteniendo así un aguardiente de uva que, en su inicio, se lo hacía en falcas artesanales de barro cocido en las que utilizaban una caña para recuperar los vapores alcohólicos, y de condensador una acequia.
Esta técnica se fue perfeccionando con el paso de los años hasta llegar a obtener un aguardiente de mucha calidad, el mismo que provenía de uvas aromáticas como la Moscatel de Alejandría, la misma que transmite características especiales al destilado.
Este aguardiente se fue difundiendo durante la colonia en todos los centros de consumo, traspasando las fronteras departamentales para consagrarse como un producto único en el país.

Singani y chuflay
En lo que hace al nombre de este aguardiente de uva, existe la teoría de que los primeros destilados se realizaron en el valle de SINKANI, de tal manera que tomando el nombre del valle, se cree surgió la denominación de SINGANI.
Otra teoría sobre el origen del nombre del destilado está atribuida al apócope del apellido Singanini, de un artesano de origen Italiano afincado en los valles de Cinti y dedicado a la elaboración de aguardientes de uva.
El consultor vitivinícola, Oscar Daroca, nos comenta que según le contaba su padre, este español con descendencia italiana y de apellido Singanini, se dedicaba a hacer estas destilaciones en gran cantidad por lo que era buscado por los lugareños que requerían del destilado para algún evento o fiesta, sin embargo estos no podían pronunciar bien el apellido por lo que fue consolidándose el nombre de Singani.
El nombre del Chuflay también tiene una interesante historia, afirma Daroca, cuentan que en una ocasión un gringo que visitaba la región como turista entró a un restaurante y pidió el trago del lugar.
“Posiblemente porque le pareció muy fuerte pidió una gaseosa blanca y lo mescló pareciéndole muy apetecible, sin embargo por el dulce de la gaseosa y el fuerte calor de la zona las moscas comenzaron a asentarse en su vaso y el extranjero espantando las moscas con la mano dijo “out!, shu, fly!!” (¡Fuera mosca!), escucharon esto los lugareños y dijeron ‘allá están tomando Chuflay’, por lo que quedó el nombre”, explica.
Para hacer el Singani primero se hace vino, “para hacer un buen Singani hay que tener primero un buen vino”, aseguró el consultor vitivinícola. “En Bolivia se hacía este destilado por el valle de Cinti pero hoy en día Tarija es la que comanda y tiene el privilegio de ir fortaleciendo y creciendo en este producto que es único en el mundo”, agregó Daroca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario