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martes, 12 de enero de 2016

Marquez de la Viña: 60 años y varias líneas nuevas

Marquez de la Viña es una industria vitivinícola instalada en Vinto, Cochabamba; cuenta con más de 60 años de historia, y ya pasó por tres generaciones de la familia propietaria.

El fundador fue Avelino Mérida, quien en los años 50, asesorado por un industrial italiano radicado en Bolivia, logró producir sus primeros vinos, con la marca Coronilla. La especialidad era el vino oporto dulce, muy conocido en el municipio de Vinto. La segunda generación, a cargo de su hijo, Tito Mérida, dio un giro a la historia al abrir líneas bajo la nueva marca Marquez de la Viña. El tradicional Coronilla pasó a ser una línea de la nueva marca. Finalmente, llegó la tercera generación a cargo de Evelyn Mérida, hija del anterior propietario y nieta del fundador. Junto con el enólogo Roberto Ketter ha dado un nuevo impulso a la empresa con cuatro líneas de vinos, y dando una especial promoción a las líneas Colección (con cinco variedades de vino de élite y edición limitada: Cabernet, Tannat, Malbec, Syrah y Bonarda). Otra línea que ha surgido en este último tiempo es Fiesta (en la que sobresale Evita, el vino dulce rosado, y espumante, ideal para fiestas de jóvenes).

¿Cómo es que se ha logrado todo esto en una región en la que las plantaciones de uva no son la especialidad? Según cuenta Evelyn Mérida, el fundador Avelino Mérida tenía pasión por los vinos y cultivaba viñedos, en una época en la que la producción agrícola no tenía tantos obstáculos de la urbanización actual. Sin embargo, la familia aprovechó la tradición, la fama y los contactos conseguidos en los primeros años de su historia para abastecerse, mediante camiones refrigerados, de uva de Tarija, Luribay (La Paz) y Camargo (Chuquisaca), además de aprovechar lo que aún se cultiva en propiedad de la familia para producir el vino Cabernet.

Además, la empresa se dio el lujo de adquirir uva selecta de todas estas regiones y elaborar una línea llamada Colección, con ediciones limitadas. “Hay que tomar en cuenta que con un kilo de uva se logra una botella de vino, entonces hay que hacer un buen uso de la uva selecta”, explica Ketter.

Con ese principio, se produjeron unas 800 botellas del Tannat, unas 1.200 del Malbec, y así… edición limitada para coleccionar.

Con esto, la empresa no sólo incursiona en vinos de alta categoría, sino que elevó el estatus de la marca. Ya no era el vino dulce de provincia, sino que ingresó en hoteles y restaurantes de lujo. “Hemos vendido en el restaurante Gusto de La Paz, la Vinotec de Santa Cruz, La Taberna del Español de Cochabamba, por citar algunos”, señala Ketter.

"Ampliamos nuestras líneas y subimos nuestra calidad"



CUATRO LÍNEAS

1.- Colección: Es una selección de los mejores vinos elaborados con uvas varietales de altura. Tienen edición limitada. Los principales son:
• Tannat 2015: uva de Tarija. Olor a moras y ciruelas.
• Malbec 2015: uva de Tarija. Rojo intenso, aroma de frutas.
• Cabernet Sauvignon. Con viñedos de Cochabamba. Aroma de frambuesas y frutilla.
• Syrah-Bonarda Bivarietal: Uvas de Tarija. Color violeta. Olor a moras y frambuesas.
• Rosé: Con uvas tintas criollas de Camargo y varietales Syrah de Tarija. Violeta, olor a frutillas y flores (1.000 botellas).

2.- Línea Vino fino
• Tinto seco, con uvas de Tarija, Camargo y Cochabamba.
• Blanco, con uva Moscatel de Alejandría, de Luribay.

3.- Línea clásica
• Oporto semidulce, uva de Tarija, Camargo y Cochabamba.
• Blanco semidulce, con uvas de Luribay.

4.- Línea Fiesta: Evita, rosado y delicadamente gasificado.



BREVE HISTORIA

Marquez de la Viña es una empresa vinteña que nació en los años 50. Nadie sabe exactamente cuándo, aunque la primera producción con marca registrada salió en 1957 de la mano de Avelino Mérida. Se trataba del vino dulce Coronilla.

Según cuenta Evelyn Mérida, su abuelo tenía mucha admiración por las Heroínas de la Coronilla. De hecho las primeras etiquetas tenían el logo con la imagen de ellas.

El hijo del fundador, Tito Mérida, amplió las líneas, y extendió el paraguas Marquez de la Viña. Fue un nombre que surgió para darle una imagen de “realeza” a la producción. Quienes conocen a Tito Mérida ahora lo llaman El Marquez.

La heredera Evelyn Mérida, ingeniera de alimentos, hizo especialidades de enología en Chile, y junto con Roberto Ketter, también enólogo profesional, ampliaron más el paraguas, confiriendo a la marca un nuevo estatus con sus líneas francesas de vino. Así, Marquez de la Viña dejaba de ser un vino vinteño para convertirse en vino nacional, con todas las posibilidades de competir con otras grandes marcas del país.

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