El esfuerzo de más de 500 personas hizo posible que la cosecha del año sea una celebración en beneficio del sector singanero. La destilería ejecutó iniciativas estratégicas durante el 2020 para mantener la cadena de producción de la bebida emblema de Bolivia.
Casa Real redobló esfuerzos para mantener el equilibrio entre la producción y la comercialización del Singani, pese a la crisis sanitaria que impuso algunos obstáculos para el negocio. Alrededor de 500 personas forman parte de la cadena de producción del Singani, y es gracias a sus esfuerzos que la Vendimia 2021 mantiene cifras alentadoras para la anhelada reactivación económica del país.
Cultivo de la vid
Cada año, cerca de 200 productores de la región tarijeña de Santa Ana son parte de la vendimia. Ellos plantan vides de la variedad Moscatel de Alejandría, que luego es sometida a la elaboración de la bebida espirituosa. Nicolás Granier, Director de Operaciones de D&M - SAIV, explica que se ha solicitado a los productores la misma cantidad de toneladas de uva que años anteriores para no mermar sus ingresos económicos y que éstos puedan continuar con su producción. “Estas familias dedicadas al cultivo de la uva generan el principal insumo para el Singani. Destacamos y valoramos el sacrificio de sus manos y el gran aporte que significan para Tarija y el país”, precisa Granier.
Cosecha
Actualmente son más de 100 personas las que trabajan eventualmente para recolectar los frutos de las plantaciones. Granier indica que los cosechadores han iniciado sus labores desde inicios de febrero, distribuidos por turnos y grupos de trabajo para precautelar su salud bajo altos estándares de salubridad. “Hicieron un formidable esfuerzo y en tiempo récord. Este año, recolectamos 6.900.000 kilogramos de uva Moscatel de Alejandría”, sostiene el ejecutivo.
La cosecha de la vid se realiza de manera manual y cuidadosa. Por ejemplo, los recolectores recogen los racimos de los viñedos cortando con tijeras de cosecha y esta práctica tradicional permite que los frutos lleguen hasta las salas de producción de manera óptima y sin daños.
Producción con desafíos
“El 2020 fue una gestión con muchos retos que hemos podido superar con éxito”, relata Granier. En los primeros meses del confinamiento por la pandemia, la destilería pausó la producción de Singani y comenzó a elaborar alcohol para mitigar los contagios en el sistema de salud de Tarija; en total se donaron 40.000 botellas del insumo sanitario.
La marca, además, ha tecnificado sus salas de producción con modernas maquinarias para la molienda, fermentación y destilación. La etapa final del embotellado, también consta de procedimientos innovadores para el envase, donde se utiliza vidrio cristalino de único uso. Para el sistema de cierre, se emplea una tapa plástica con dosificador incorporado, todo esto, manteniendo las políticas de inocuidad alimentaria que caracterizan a la marca, como la certificación ISO 9001 e ISO 22000.
Más de 200 colaboradores forman parte de la empresa D&M – SAIV, cuyo esfuerzo, desde sus campos de especialización, movilizan la producción vitivinícola a diario en el país. El plantel se mantuvo motivado gracias a buenas prácticas de gestión humana, como capacitaciones, proyección de liderazgos en distintas áreas de trabajo y, ante todo, el cuidado de la salud mediante un estricto plan de bioseguridad.
“Cada avance que damos nos permite optimizar el tiempo y esfuerzo de cada persona involucrada en el ciclo de producción, lo que se traduce en mejores resultados año tras año”, enfatiza Nicolás Granier. De esta manera, se estima que la Vendimia 2021 permitirá alcanzar los niveles de producción obtenidos en años anteriores a la pandemia.
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