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miércoles, 8 de febrero de 2017

Bodegueros piden ajustar controles de los productos de contrabando

De acuerdo con datos extraoficiales que manejan los bodegueros, se calcula que en el mercado hay cerca de 7 millones de botellas de vino procedentes del contrabando, lo cual genera una pérdida millonaria en ventas para los productores nacionales.



Para la Asociación de Bodegueros de los Cintis (ASOBOC), la prohibición de importar uva de Argentina y Chile, determinada por el Gobierno boliviano como una medida de protección a la producción nacional, es acertada, pero amerita también ajustar los controles en las fronteras para evitar el contrabando.

El presidente de la Asociación de Bodegueros de los Cintis (ASOBOC), Renato Mendoza Yokich, indicó a CAPITALES que la prohibición de importar uva de esos dos países se ampara en el artículo 17 de la Ley 774 de Promoción de Uva, Singanis y Vinos de Altura Bolivianos, que prevé medidas de protección para la producción de la vid.

Dijo que esta norma fomenta el uso de uvas nacionales para el consumo y la transformación en vino y singani, de tal forma que se garantiza la venta de la producción de miles de familias dedicadas a la viticultura y, además, el pago de un precio justo.

El mosto de la uva

Sin embargo, Mendoza aclaró que la medida no cita al mosto de la uva (zumo exprimido de la uva, antes de fermentar y hacerse vino) que se usa para el procesamiento de la bebidavino, que también ingresa al país perjudicando a los productores de uva de los Cintis, a los que no se les paga el precio justo pues prefieren comprar la materia prima de contrabando, de la que se desconoce su procedencia y calidad.

“Esto va en desmedro de la producción nacional y evita el fortalecimiento de los viñedos establecidos y la ampliación de nuevas áreas. Además, exigimos que las instrucciones de frontera y los operadores de control locales ejerzan su función y sean los encargados de dar cumplimiento a esta medida”, añadió.

Su sector está convencido de que la prohibición es acertada, convertirse en una política nacional sostenible con el tiempo. “Esperamos que no sea una medida contestaría, a raíz de los últimos acontecimientos en Argentina”, manifestó.

El contrabando

El contrabando es la forma más usada de importación de uvas y de vinos, lo que implica que ingresan sin análisis de calidad ni procedencia. Esto provoca una competencia desleal con la producción nacional, que está legalmente establecida en nuestro país y cumple con las normas nacionales y parámetros internacionales de calidad. Por lo tanto el contrabando provoca evasión de impuestos, fuga de capitales y desmedro a la producción boliviana.

De acuerdo con datos extraoficiales, se calcula que hay en el mercado cerca de 7 millones de botellas procedentes del contrabando, lo cual genera una pérdida millonaria en ventas para los productores nacionales, informó Mendoza a CAPITALES.

Más de 3.500 familias trabajan y dependen de la viticultura en el país. Este es su principal medio de subsistencia, por lo que el contrabando les perjudica; no solo impide su crecimiento, sino que genera un estancamiento y pérdidas porque, según la posición de los bodegueros bolivianos, los mercados están saturados con productos extranjeros que se venden a menor precio.

Actualmente se estima que existen 1.500 hectáreas de producción de uva en los Cintis, con un rendimiento promedio de 250 quintales por hectárea. Las variedades más cultivadas de uvas son: Moscatel de Alejandría (40%), Negra Misionera (25%), Negra Vischoqueña (30%) y uvas de mesa blanca, negra y rosada (5%).

“Si tomamos en cuenta una producción media de 400 quintales, estamos produciendo a nivel nacional arriba de 1,2 millones de uva al año. El 30% de la uva es destinada para el consumo interno como uva de mesa, el 70% es destinado a la transformación de vinos, jugo de uva y singanis”, explicó el Presidente de ASOBOC.

En la actualidad, el cultivo de la uva a nivel nacional sobrepasa las 3.000 hectáreas. El 85% de la producción vitivinícola está en manos de los pequeños productores del área rural. De esa producción, entre el 10 y el 15 por ciento sale como fruta fresca al mercado. Los vinos y la uva de los Cintis representan el 25% de la producción nacional.

Los mercados naturales del vino y uvas de los Cintis son Potosí, Sucre, Oruro, La Paz y el creciente mercado de Santa Cruz, que tiene predilección por los vinos de Camargo, dijo Mendoza.

Exportación

Actualmente, se exportan unas 15.000 unidades anuales de singani a España y Estados Unidos. Es solo el comienzo, se espera que ese número aumente en los próximos años.

“Estamos exportando muy poca uva y las mayores ganancias se generan por el movimiento del mercado interno, más de 120 millones de dólares solamente en uva, vinos y singanis”, comentó el Presidente de ASOBOC a este suplemento.

Asimismo, dijo que les preocupan las incipientes políticas de fomento a la exportación de productos derivados de la uva.

“Creemos que el Gobierno nacional debe centrarse en una política seria, viable y versátil para la exportación nacional, buscando mercados alternativos para incrementar la exportación de manera igualitaria, de acuerdo a la capacidad productiva de los productores grandes, medianos y chicos”, enfatizó.

Tienen la expectativa de incrementar las áreas de producción, con políticas municipales, y también piden que la Gobernación cumpla los compromisos de ampliación y mejoramiento de la producción a través de las viñas seguras, grandes, medianas y chicas.

“El fortalecimiento de la base productiva será el efecto multiplicador para el mejoramiento de la calidad de vida de las familias de los Cintis. Estamos seguros de que un vino de calidad está directamente relacionado con la calidad de la uva”, concluyó Mendoza.

De acuerdo con la determinación del Gobierno, la suspensión de la importación de uvas de Argentina y Chile comenzó el 27 de enero y se extenderá hasta el 27 de abril.

Reacciones en Argentina

Tras la decisión del Gobierno boliviano de prohibir la importación de uva de Argentina y Chile, se conocieron reacciones de la organización Bodegas de Argentina, que adelantó que impondría un recurso para suspender la medida, y de CONINAGRO, del mismo país, que comparó esta situación con las políticas de Donald Trump en Estados Unidos.

Carlos Iannizzotto, presidente de la Confederación Intercorporativa Agropecuaria (Coninagro), dijo a fines del mes pasado que, en sí misma, la medida boliviana no sería preocupante si fuera sólo una acción aislada. “Pero lamentablemente no es aislada, e indudablemente hay toda una ola de situaciones que están cambiando de paradigma; lo de Trump comienza a tener secuelas”, indicó el dirigente argentino.

En declaraciones a la Radio Mitre Mendoza, Juan Carlos Pina, director del Bodegas de Argentina, expresó, a fines del mes pasado: “El gobierno (de Bolivia) tomó una medida que en principio no se puede tomar, porque tanto Argentina como Bolivia y Chile somos miembros de la Organización Mundial del Comercio. Esa es una arbitraria discriminación que un país no puede tomar. Esto no hemos firmado y nos hemos confirmado a hacerlo, es una barrera al comercio, un simple decreto que dice el vino de ese país y de ese otro no entra”, afirmó.

En un principio, se difundió la noticia de que el Gobierno boliviano había prohibido la importación de uva y de vino. Luego, el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) aclaró que las trabas solo abarcaban al ingreso de la uva.

“Nosotros desde Bodegas Argentinas nos comunicaremos formalmente, además de telefónicamente, con el Instituto Nacional de Vitivinicultura. Porque es la cara visible que tiene la Cancillería Argentina en este sector. Como hemos hecho con otros problemas, nos comunicaremos con nuestro par chileno que es Vinos de Chile con quien tenemos relación desde hace años; y tomaremos las medidas que tengamos que tomar. Porque esta medida afecta a los dos países”, agregó Pina a Radio Mitre Mendoza.

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