La cepa Marselan es utilizada para la elaboración de vinos tintos de alta gama. Esta uva es de origen francés, nace de la cruza del Cabernet Sauvignon y Garnacha. Se la empezó a cultivar en la década de los 60 en la región de Marseillan. Sus racimos son de pequeños a medianos, y sus frutos son redondeados, poco jugosos y de color negro violeta.
En los vinos, el Marselan se caracteriza por ser complejo, equilibrado, con mucho cuerpo, aromático y con un potencial de guarda de muchos años, gracias a la excelente acidez que contiene, explicó Molina.
El principal ejecutivo de Kuhlmann prevé que “GRAN PATRONO” tendrá un gran nivel de aceptación entre el público conocedor, ya que este vino incluso logró el reconocimiento de la revista “Decanter”, medio especializado que le otorgó una medalla, en la categoría Premiun, que es la que agrupa a bebidas de alta gama, cuyo precio es superior a los 30 dólares. Este galardón representó para la empresa tarijeña un premio a la gran labor realizada por más de una década.
“Se trata de un vino muy complejo y con mucho cuerpo, pero equilibrado y aromático a la vez. Es rico en taninos ligeros y armoniosos. Evoca aromas de grosella negra, frambuesa, frutos maduros, cacao, ciruelas, pasas, notas de ahumado, notas de pimienta, especias y regaliz”, detalla Molina,
Proceso
Según Molina, la producción de esta variedad conllevó un complejo proceso, desde que fue plantada la uva originalmente, hasta el momento de su presentación oficial como bebida para el consumidor.La variedad Marselan fue plantada en 2006 en dos microclimas de altura, uno en Sunchu Huayco, a 2.000 metros sobre el nivel del mar, en el Valle central de Tarija; y otro en Vivicha a 2.400 m.s.n.m, en el Valle de los Cintis.
En ambos lugares la uva se autoreguló, produciendo una cantidad reducida pero de altísima calidad, que hace al producto único en el mercado nacional.
Para mantener este atributo diferenciador, el nivel de calidad, en estos dos viñedos apenas se produjeron entre 3.500 y 4,000 kilos de Marselan por hectárea, a diferencia de otras variedades que son producidas en mayor cantidad, entre 10.000 a 20.000 kilos por hectárea, destacó Molina al explicar que además el enólogo de la empresa controló la producción, raleando (sacrificando) los racimos excedentes, de forma de obtener una materia prima más concentrada, por ende un producto realmente de altísima calidad.
El Gerente contó que se utilizaron barricas francesas de primer uso y se hicieron fermentaciones y maceraciones en frío, cumpliendo todos los procedimientos que deben llevarse a cabo en la elaboración de vinos de alta gama. Después de pasar 18 meses en barrica, el vino fue embotellado sin filtrar, seguidamente reposó por nueve meses en botella, conflagrando aromas más complejos en el transcurso.
Nombre
El Gerente de la empresa explica que el nombre “GRAN PATRONO” proviene de una anécdota triste pero significativa. En abril del año 2014 –cuenta– se produjo un terrible incendio en una de las instalaciones de Bodegas Kuhlmann (en el depósito de piedra), donde se encontraban objetos de gran valor sentimental para la familia, los mismos que se quemaron.Recuerda que el fuego llegó a ingresar a la sala de tanques, donde reposa el Singani -que tiene una concentración alcohólica de más de 70 grados porcentuales- generando un alto riesgo de explosión. Sin embargo se produjo algo inexplicable y milagroso: los tanques no explotaron y el Singani sólo comenzó a hervir, evitándose la catástrofe.
Cuando el personal pudo ingresar en el depósito de piedra, donde comenzó el incendio, todo había sido consumido por el fuego, excepto un cuadro antiguo, el del Sagrado Corazón de Jesús, que pertenecía a Franz Kuhlmann, fundador de la empresa. En su honor se bautizó al vino Marselan con el nombre de GRAN PATRONO, subrayó.
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