Elaborada a partir de la destilación de la uva de moscatel de Alejandría que crece en Tarija, Casa Real se renueva por completo, cambiando la forma de su botella, la etiqueta y el logotipo, con características nuevas que garantizan la autenticidad a los consumidores.
Este cambio de imagen de la bebida es el resultado de un estudio científico que arrojó la necesidad de proyectar la marca al futuro, pero conservando la esencia. Según los ejecutivos que estuvieron a cargo de la transformación, la nueva botella apela a buscar efectos sensoriales táctiles de los símbolos característicos de la marca.
"Casa Real es la marca emblemática de la primera y única bebida cien por ciento boliviana. Con esta renovación queremos afianzar nuestro compromiso con las tradiciones y patrimonios de nuestro país, así como proyectarnos a los desafíos futuros que nos trae día a día él mercado”, dijo José Marcelo Soliz, representante de la marca en D&M.
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