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jueves, 17 de septiembre de 2015

Catar un vino en Bolivia varía

No es lo mismo abrir un vino en La Paz que en Santa Cruz. Las condiciones climáticas y de altura tan radicalmente distintas entre ambas capitales bolivianas influyen en la cultura, el estilo de vida y hasta en los negocios. La cata de un vino no es la excepción.

Según Eric Lacoste, sommelier de la bodega Campos de Solana, en ambos casos se deberá respetar las temperaturas indicadas al momento de servir el vino. En Santa Cruz, el calor del ambiente obliga a refrigerarlo antes de su consumo, para evitar que se eleve la percepción de acidez y se evapore el alcohol, juntamente con los aromas más sutiles del bouquet. En tanto, en La Paz, la menor presión atmosférica debido a la altura aumenta las posibilidades de volatilidad, por lo tanto, es recomendable realizar el examen olfativo en un ambiente cerrado.

A pesar de ello, todas las cepas son compatibles con la realidad geográfica del país. Lacoste explica que existen dos tipos de vinos tanto en blancos como en tintos. Primero los denominados varietales, compuestos por un sola clase de uva y sin añejamiento en roble, son vinos fluidos, suaves y eminentemente frutales que se consumen jóvenes.

Otros tipos de vinos son los denominados de reserva, anotación también inscrita en la etiqueta, que se refiere a vinos que conocen en bodega un proceso de añejamiento en barricas de roble el cual le va a conferir al vino una mayor complejidad de sabor y aromas, son más espesos y si la botella se guarda en buenas condiciones puede mejorar con el paso de los años.

La bodega Campos de Solana ofrece actualmente cuatro vinos varietales: un vino blanco con la uva de procedencia alemana llamada Riesling y tres vinos tintos con las cepas merlot, malbec y cabernet sauvignon. En el caso del Rose su elaboración se realiza con los dos varietales merlot y malbec.

En cuanto a los vinos de reserva se ofrece una selección de bivarietales ensamblando en una misma botella dos varietales que fueron criados durante doce meses en barricas de roble francés y americano.

Cuando el periodo de crianza del vino en barrica es de al menos 18 meses se lo denomina Gran Reserva. Un gran ejemplo de esta añejamiento es el Trivarietal Reserva, vino posicionado entre los 250 mejores del mundo en el Ranking Mundial de Vinos y Licores (WRW&S) en 2014.

Para disfrutar al máximo cada variedad, solamente se deben tener en cuenta algunas consideraciones en relación con las herramientas y características del ambiente. Se deberá encontrar un escenario libre de contaminación olfativa y acústica, acompañando la cena con copas de cristal lisas, voluminosas y cuya parte superior sea un poco más cerrado para preservar el aroma del vino. El color blanco de un mantel, junto a la tenacidad de la luz natural de unas velas, lograrán el contexto perfecto.

El maridaje también es importante a la hora de catar un vino. Erik Lacoste define al maridaje como la combinación de vinos y comidas que crea en la boca una sinergia de aromas, un ejercicio gustativo que busca el mejor acorde y se traduce en percepciones sensoriales de notable armonía. Se trata de buscar un equilibrio de fuerza aromática entre la comida y el vino sin que ninguno domine al otro. El maridaje es horizontal cuando un mismo vino acompaña una comida de varios platos, el maridaje será vertical cuando distintos vinos combinaran con los diferentes platos de una comida.

Finalmente, para quienes buscan introducirse en el mundo del vino por primera vez el sommelier nos resume que “El vino se prueba escuchando nuestros sentidos, se descubre de a poco preferiblemente en buena compañía para comentarlo, acompañado del plato adecuado y empezando primero con un vino mono varietal para comprender mejor las características de la uva que lo compone”.

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