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lunes, 24 de noviembre de 2014

Jornadas Internacionales de Viticultura y Enología

EN ESTAS JORNADAS SE DAN A CONOCER TRABAJOS DE INVESTIGACION | EN EL ENCUENTRO PARTICIPARON PRODUCTORES, PROFESIONALES Y EXPERTOS DE LA VITICULTURA Y ENOLOGÍA DE BOLIVIA Y DEL EXTRANJERO.

Las VI Jornadas Internacionales de Viticultura y Enología se realizaron el 6 y 7 de noviembre en Tarija en el hotel Los Parrales. Estas Jornadas, que se vienen llevando a cabo anualmente desde el 2008, reunieron alrededor de 200 investigadores, productores y profesionales interesados en transmitir y actualizarse en el desarrollo del sector a través de la divulgación y exposición de trabajos de investigación del área de la vitivinicultura del país y del mundo.

Esta versión denominada “Cambio climático y tecnologías alternativas sostenibles”, contó con la presencia de invitados especiales, entre ellos René Orellana (Bolivia), Rodrigo Leygue (boliviano que radica en Brasil), Federico Casassa (Argentina) y Alberto Aguirre (Chile), entre otros.

Uno de los objetivos de este evento fue el de incentivar a productores e investigadores a que realicen trabajos sobre nuevas formas de prevenir la producción frente al cambio climático. Las áreas abordadas en esta oportunidad fueron la viticultura, enología y la economía y turismo vitivinícola.

“Se dieron a conocer alrededor de 32 investigaciones pero no sólo se trata de transmitir la parte científica sino que es una oportunidad para mostrar lo que Bolivia está produciendo, ya que no estamos hablando solo de Tarija, sino de la producción de vino del país”, dice Willmar Villena Cardozo, Asesor Técnico en Ingeniería y Servicios Agrícolas, y actual presidente de la Comisión Científica de las Jornadas.

Un estudio realizado ha demostrado que la cadena de producción del vino aporta 107 millones de dólares anuales, por lo tanto es un sector ya establecido que aunque es relativamente nuevo, se debe seguir apostando por su desarrollo.



A 1800 METROS DE ALTURA

Willmar Villena asegura que en la actualidad se cuenta con casi 3 mil hectáreas que están por encima de los 1.800 metros, por lo tanto se trata de la más alta del mundo y lo que se busca es potenciar al máximo los vinos a través de las uvas que son cultivadas a esta altura.

“Al estar de 1.800 tenemos mayor radiación menor nubosidad que hacen que la uva intente expulsar el exceso de radiación y por lo tanto genere sustancias para protegerse que son los antioxidantes que están tan en boga en el mundo”, dice.

Por su parte Federico Casassa de Argentina, que llegó exclusivamente para el evento, y es licenciado con maestría en viticultura y enología de la Escuela de Ciencias Agronómicas en Mendoza, asegura que es interesante juntar a los actores del sector por lo menos una vez al año porque se tiene la posibilidad de conocer los aportes científicos y también empíricos.

Sobre la producción vitivinícola en Bolivia, el experto asegura que pese a que aún es pequeña lo interesante es que se trata de una cadena integrada ya que no sólo es el vino como en el resto del mundo, sino que la cadena uva, vino y singani está impuesta con razón y es positiva.

Otro factor interesante en Bolivia, según Casassa, es el aspecto familiar en torno a este sector y que no sucede en otros lugares.

“Muchas familias dependen de la viticultura y esto tiene un impacto social positivo”, dice.

En cuanto al producto final el experto asegura, que los vinos del valle central de Tarija tienen características distintas.

“No digo que se deba a la altura porque no hay estudios científicos al respecto, pero el hecho de que estén de 1.800 a 2.300 metros de altura es totalmente nuevo en la viticultura. Por lo general se maneja a 500 metros sobre el nivel del mar. En Bolivia hay vinos con características muy marcadas y de muy buen nivel cuando de bodegas se habla”, aseguró Casassa.



ALGUNAS EXPOSICIONES

Si bien todas fueron de gran aporte para el sector, Rodrigo Leygue Alba, boliviano que radica hace 38 años en el Brasil, PhD en Química y que dirige la empresa NUBITECH (Núcleo de Bioprocesos e Biotecnología), de producción de Substancias Húmicas (fertilizantes orgánicos), además de ser Profesor de Agronegocios Ambientales, ofreció una exposición muy interesante sobre las sustancias húmicas. Se trata de unos nutrientes que están en la naturaleza y que se los devuelve a la planta. Con dichos nutrientes la planta puede defenderse de hongos y recuperar inclusive aun cuando ya ha muerto.

Por otro lado, la participación de Fernando Mendoza que investigó la historia de la viticultura, significa otro gran aporte, ya que otorga datos importantes de la llegada de las viñas a Bolivia.

“Sobre la historia del vino en Bolivia se ha hecho un trabajo en dos periodos. El primero corresponde a la época colonial, Cuál fue el camino qué recorrió después de llegar al Perú en Lima, la subida hacia el Cuzco, luego a La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, etc. Estamos hablando de 1530 aproximadamente cuando la uva llega en algunos casos hasta delante del español conquistador, porque la iglesia se adelante un poco y tiene que entrar con las plantas de viña.

En el caso de las viñas en Tarija es muy probable que haya venido de la Argentina”, dice.

En el segundo periodo se ve qué es lo que sucede con las viñas desde 1825 hasta hoy. Este proceso está referido principalmente a las historias de vida como la de Don Julio Kohlberg de Tarija, una historia que fue contada por su hijo Julio y por su esposa y otras importantes también como la de la familia Granier, entre otras

Por otro lado, Mendoza asegura que con respecto a las viñas hoy en día hay que entender también que no todos tienen un marca.

“Existe un pequeño sector que produce de forma artesanal y que tiene un público que disfruta y aprecia este vino, aunque no se trate de un varietal”, asegura.

Los estudios realizados por Fernando Mendosa con respectos a la uva son: “La historia de la llegada de las vides a los Andes del sur” y la segunda fase: “La historia de las vides durante la República hasta hoy”.

La organización de estas jornadas está a cargo de instituciones como Fundación FAUTAPO, el Centro Vitivinícola de Tarija, la Asociación de Enólogos de Bolivia, la Universidad Juan Misael Saracho (Facultad de ciencias Agrícolas y Forestales). Estas instituciones cuentan con el apoyo de la Asociación Nacional de Industriales Vitivinícolas, la Asociación de Medianos productores de Vinos y Singanis de Tarija, INIAF, SENASAG, Municipios de Cercado y de Uriondo, Gobernación del Departamento de Tarija, SEDAG, Gobernación Seccional de Uriondo y la Red de Apoyo al Sector Productivo.



BOLIVIA SEDE DE LAS JORNADAS

El 2005 se inició con el gobierno de Holanda un acuerdo de cooperación técnica a la cadena de uvas, vinos y singanis, ya que esta cadena está entre las siete más importantes de Bolivia. Gracias a ello el gobierno de Holanda dio un aporte eligiendo a FAUTAPO como administradora de los recursos. Fue así que se inició el trabajo con muy buenos resultados por lo que el 2009 se dio una segunda fase hasta el 2013, logrando: capacitar a más de 700 personas, que más de mil personas visiten el exterior en giras de capturas tecnológicas. Asimismo se logró fortalecer la ruta del vino, pasando de cuatro mil visitantes año a 30 mil y que todas las bodegas puedan abrirse para el servicio de turismo del vino.

Además se han colocado más de 4 millones de dólares en el sector acercando la tecnología de punta al pequeño productor en cuanto a malla antigranizo plantas injertadas traídas desde Francia y diferentes sistemas de conducción. También se ha logrado triplicar el mercado del vino en ocho años a nivel Bolivia y se ha iniciado un plan de exportación a Europa.

“En ese proceso de formación de recursos humanos se han creado las jornadas técnicas primero nacionales luego internacionales y desde el 2006 hasta el 2013 que se logró ser la sede del Congreso Latinoamericano de Viticultura y Enología, evento que congregó a más de 600 personas, 300 que llegaron del exterior a conocer Bolivia. Muchos de ellos no sabía que producíamos vinos además de ser el más alto del mundo”, dice Jorge Baracat que durante los ocho años mencionados fue Coordinador Regional de la Fundación FAUTAPO e impulsor del proyecto.

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