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miércoles, 22 de octubre de 2014

“Tengo más clientes atraídos por la quinua colada”

Tiene cara y sonrisa de niña y es bien delgada para ser chef, pues vive probando ingredientes y toda clase de alimentos que despierten su curiosidad. Gabriela Prudencio, con estudios en Nueva York, es la mujer más feliz adentro de una cocina o detrás de la barra.

A sus 24 años y con evidente pinta de jipi, tiene su vida encaminada en el mundo de la gastronomía. Ya empezó a coquetear con la fama, sin valerse de su amplia sonrisa, ni de sus encantos femeninos.

La popularidad le llegó por añadidura cuando participó del concurso Search for a Cocktail Star (Búsqueda de la estrella del cóctel) que organizó el chef de prestigio internacional, Jamie Olivers.

Fue la única latina que llegó a la final gracias a una invención suya con sello andino: la quinua colada, y fue toda una sensación.

Videos en Youtube y comentarios en las redes sociales hicieron subir su nombre como la espuma. Para Gabriela lo más importante era mostrar a todo el mundo que en nuestro país se pueden hacer cosas buenas.
La popularidad de la que ahora goza no le ha cambiado ni un pelo, ella sigue metida en la cocina de Red Monkey, un restaurante vegetariano y vegano en la calle 30 D de Achumani.

Su menú es cien por ciento vegano, es decir, los alimentos son libres de conservantes, colorantes y estabilizantes. Sus ingredientes son orgánicos, frescos y locales y no ocupa nada que tenga procedencia animal. Gabriela se enorgullece de la huerta urbana que posee el restaurante, la misma que provee una buena cantidad de ingredientes que a ojos de ella y de los propietarios, Rebeca y Pablo Santa Cruz, es un jardín ideal comestible.

Paceña a mucho orgullo
Para los que todavía no te conocen, por favor, presentate...
Tengo 24 años, soy paceña. Mi mamá Isabel Claros es paceña y mi papá Sergio Prudencio es cochabambino, somos tres mujeres, Laura (18), Martina (12) y yo, soy la mayor de las hermanas.

Estudié en el colegio Alemán y más tarde Gastronomía en la Escuela Hotelera de La Paz, hice cocina profesional dos años y después viajé a Nueva York a estudiar culinaria.

¿La gastronomía corre por tus venas? ¿eras de las niñas que jugaba a la cocinita?
Mi mamá no cocina mucho; a mi papá sí le gusta, pero más como pasatiempo. A mí siempre me gustó mucho cocinar, de hecho jugaba a la cocinita desde cuando vivíamos en Chicani.

Mis padres tienen invernaderos de lechugas hidropónicas que crecen solo en agua, no se necesita plantarlas en tierra. El negocio lo tienen desde que era chiquita y yo entonces las veía como jardines gigantes y verlas crecer me parecía un acto de magia, son hermosas.

¿Trabajás como chef o como barman?
Como chef, en realidad nunca he trabajado formalmente en esto de la coctelería. En el lugar donde trabajo, soy la encargada de cocina y aquí me dejan aprender de todo, desde cómo atender al cliente, hacer cócteles y he ayudado en varios eventos de cócteles y me ha gustado mucho. He estado aprendiendo con los chicos de aquí, esa es mi experiencia, de ahí he sacado las ideas.

¿Qué te impulsó a concursar pese a que los cocteles no son tu fuerte?
Admiro mucho a este chef (Jamie Olivers), tiene dos canales en YouTube y cada mes sube recetas nuevas de cocina y de bebidas. Siempre lo he seguido y lo admiro mucho, cuando lanzó su convocatoria me pareció superinteresante participar.

El concurso duró como tres meses y medio. Al final ganó un joven creo que tailandés, me parece que con una infusión de canela y algo de alcohol.

No ganaste, pero ya sos famosa...

Fue una sorpresa, no pensé que iba a causar tanta sensación, lo hice como un pasatiempo y tuvo una repercusión increíble, estoy muy agradecida por los que me han apoyado. Mi familia y mis amigos han hecho una campaña para la votación impresionante.

No gané, pero esto es el empujón que necesitaba para seguir, incluso han llegado más clientes al restaurante donde trabajo atraídos por el cóctel de quinua colada, ha sido un locura.

Hablando de tu trago ‘estrella’, contanos cuánto tiempo e investigación te demandó su invención

Lo primero que sabía era que quería usar cosas bolivianas y darles otra perspectiva y experimenté con ingredientes que creía que deberíamos valorar. Así salió el quinua colada que es producto de tres recetas, cada una de las cuales sufrió como tres variaciones hasta que quedó como quería.

¿Serías tan amable de compartir con nosotras esa deliciosa invención, o es un secreto?
Con mucho gusto se las paso. Lo primero es hacer la leche de quinua, se la debe cocinar con agua y una vez cocida se licua y se pasa por un colador.

También se debe obtener jugo de mandarina, zumo de frutillas, zumo de jengibre (que dará el toque picante), jugo de limón y almíbar (agua caliente y azúcar morena).

Para el cóctel se mezclan los ingredientes y se agrega onza y media de ron, onza y media de leche de quinua, una onza de zumo de frutilla, una onza de zumo de mandarina, cuarta onza de almíbar, cuarta onza de limón y octava onza de jengibre. Luego se pone todo a la coctelera con hielo, se bate bien y listo

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