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jueves, 8 de agosto de 2013

Vino

Una forma simple y directa de dar un aire distinto, un sabor peculiar y una mayor calidad a cualquier plato cotidiano, consiste en añadir a la comida vino o cualquier otro tipo de alcohol.

Este aderezo natural, utilizado desde tiempos lejanos aporta de forma sencilla y práctica una calidad extra a los platos.

Con el calor, el alcohol se evapora permaneciendo el aroma del líquido en el producto que se cocina. Naturalmente, no todas las recetas admiten vino: sólo puede ponerse cuando armonice con los demás ingredientes.

Cocinar con vino más que una ciencia, es un arte en el que son muy importantes la experiencia y el buen paladar.

Como norma general, cualquier vino de mesa, semiseco y bajo en grados sirve para

cocinar siempre que tenga la suficiente calidad y sabor.

Los chef expertos aconsejan guisar con el mismo vino que se va a servir en la mesa.

Este consejo es válido cuando la calidad del vino realce la del plato.

El vino reducido se añada al plato para que impregne con su sabor concentrado al de los demás ingredientes. Este método es muy útil cuando el plato requiere poca cocción.


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